Entre apellidos ilustres y fortunas dudosas
Teniente coronel. Escolta personal de su abuelo. Nieto del mismísimo Raúl Castro. No hablamos de cualquier hijo de vecino: es Raúl Guillermo Rodríguez Castro, aunque en los pasillos del poder le dicen "El Cangrejo". Un apodo que suena a caricatura, pero cuyo trasfondo se arrastra como esos secretos que huelen a humedad y traición. Su vida, marcada por el apellido y la lealtad a la cúpula comunista, gira en torno a un círculo cerrado de influencia, negocios y favores.
¿Quién podría imaginar que un guardaespaldas se convirtiera, casi sin hacer ruido, en empresario multimillonario? Bueno... en Cuba, todo es posible. O casi.
Negocios turbios en nombre del pueblo
Los documentos filtrados —por cierto, gracias al influencer youtuber Darwin Santana— exponen lo que ya se murmuraba a media voz: que “El Cangrejo” ha usado su puesto como una especie de trampolín hacia el lujo. Desde propiedades en barrios exclusivos hasta contratos con figuras de la farándula cubana, todo indica que la red de beneficios no termina en La Habana.
¿Lo más irónico? Muchas de esas casas fueron compradas tras la emigración forzada de sus dueños originales. Luego las alquila... pero a precios de Miami. “Inversión”, dicen. ¿Genial? Más bien… vergonzoso.
Y claro, los fondos no salieron del aire. El Estado, ese mismo que promete igualdad, parece ser la fuente invisible. Qué cosas, ¿no?
Cuando los secretos revientan desde dentro
Todo este embrollo comenzó con el robo de archivos al coronel Luis Armando Palacio Suárez, una figura esencial en la seguridad del Estado (y entrenador personal del propio Cangrejo, como si esto fuera un guión de Netflix). Los archivos —repletos de datos comprometedores— dejaron al desnudo más que solo inversiones mal habidas.
Una cosa llevó a la otra y... ¡pum! La estructura interna del poder tambalea. Algunos miembros del entorno de Díaz-Canel han comenzado a señalar a Raúl Guillermo como una amenaza interna, una pieza fuera de control en un tablero donde cada jugada se mide al milímetro.
Esto me recuerda a cuando en 1999 todo el mundo coleccionaba Tamagotchis... bueno, da igual.
¿Solo propiedades? O hay algo más oscuro
Entre los documentos filtrados, Darwin Santana insinúa algo mucho más grave. No se trata solo de casas, ni de millones. Hay menciones —no confirmadas aún— sobre el caso Oswaldo Payá, el opositor cuya muerte fue, cuanto menos, sospechosa. Si esto se comprueba, el escándalo escalaría de corrupción a crimen político de Estado. Uf.
Y eso no es todo: lavado de dinero, vínculos con cárteles de droga, y transacciones ilegales que cruzan el mar y apuntan, con un dedo tembloroso, hacia Estados Unidos. Todo esto está en manos de un youtuber. El nuevo periodismo... es lo que hay.
¿Qué más viene?
Según Santana, lo revelado es apenas el inicio. El olor a lluvia que precede una tormenta. Las próximas semanas podrían traer datos aún más comprometidos para los que hoy se sientan en la cúspide del poder en Cuba. Y no, no es un clickbait.
A veces, una sola grieta basta para que se derrumbe todo el muro.
Conclusión:
Lo que parecía otro caso de nepotismo, ha destapado una red profunda de poder, dinero y silencio. ¿Hasta dónde llegará esta madeja? Si no quieres perderte la próxima entrega de esta historia digna de película... ¡suscríbete a nuestro boletín y entérate antes que nadie! 🔍📩
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Redacción: Cortadito News