¡Tremendo revuelo se ha formado por estos lares! Hoy mientras tomaba mi cafecito matutino me llegó la noticia en un post en Facebook del periodista Daniel Benitez que me dejó boquiabierto. Los federales por fin agarraron a uno de esos tipos que juran amor a la dictadura pero vienen a disfrutar del capitalismo que tanto critican. El caso de Daniel Morejón García me recordó aquellas historias que mi abuelo contaba sobre infiltrados y espías durante los primeros años del exilio en Miami.
El largo brazo de la justicia alcanza a quienes mienten en sus procesos migratorios
No es casualidad que este arresto ocurriera justo ahora, cuando tantos estamos pendientes de lo que sucede con nuestros hermanos presos políticos en la isla. Morejón García, un tipo de 57 años que según las autoridades federales se las dio de vivo, ocultó deliberadamente su membresía al Partido Comunista de Cuba cuando hizo sus trámites para entrar a los Estados Unidos. ¡Como si eso fuera un detallito sin importancia!
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no se anduvo con rodeos. Lo detuvieron en pleno Miami, donde seguramente pensaba que podía mezclarse entre los miles de cubanos que sí huyeron genuinamente de la opresión. Qué ironía que disfrutara de la libertad mientras sus víctimas siguen tras las rejas.
Las denuncias comunitarias que desenmascararon al agente castrista
Mi amigo Carlos, que trabaja en una emisora local, me contó que este caso venía cocinándose desde hace rato. La activista Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia había puesto el grito en el cielo hace más de ocho meses, señalando directamente a Morejón García como responsable del encarcelamiento de tres inocentes manifestantes de Las Cañas durante las protestas del 11J.
"Este tipo tiene las manos manchadas con el sufrimiento de nuestro pueblo", me dijo una señora en la cola de la panadería cuando comentábamos la noticia. Y tiene razón. Según las denuncias, este individuo no era cualquier militante, sino alguien activamente involucrado en la represión.
El periodista Daniel Benítez fue quien destapó la noticia en sus redes sociales este lunes 14 de abril, compartiendo incluso imágenes del momento exacto del arresto. "Última hora, agencias federales arrestaron a este cubano identificado como Daniel Morejón García", reportó Benítez, confirmando lo que muchos sospechábamos: las autoridades estadounidenses por fin están escuchando nuestras denuncias.
La reacción del exilio y el precedente que podría crear este caso
Anoche en la cena familiar no se habló de otra cosa. Mi tío Roberto, que lleva 30 años manejando un taxi en Miami Beach, estaba eufórico: "Ya era hora que empezaran a limpiar la casa", decía mientras servía más arroz con frijoles. "Imagínate encontrarte en la calle con el mismo tipo que te dio un toletazo en Cuba".
La comunidad cubana de Miami está más dividida que un flan napolitano en muchos temas, pero en esto hay consenso: los represores no merecen el privilegio de vivir en libertad después de habérsela negado a otros.
El papel fundamental de figuras como Alex Otaola
No puedo hablar de este tema sin mencionar a Alex Otaola, ese presentador que más de una vez me ha sacado canas verdes con sus polémicas, pero que ha sido incansable denunciando la infiltración castrista. Mientras muchos políticos miraban para otro lado, él mantuvo el tema vivo en su programa, insistiendo en que las autoridades investigaran a quienes participaron en actos de repudio y formaron parte de las tristemente célebres "brigadas de respuesta rápida".
Recuerdo perfectamente cuando hace dos años, tomando un cortadito en la ventanita de la Calle 8, un señor mayor me dijo: "Aquí hay más chivatos que en el Malecón de La Habana". Pensé que exageraba, pero casos como el de Morejón García me hacen replantearme muchas cosas.
El proceso de deportación apenas comienza, pero el mensaje ya está dado: Estados Unidos no será refugio para quienes participaron en la represión castrista. Y nosotros, los que verdaderamente escapamos buscando libertad, dormiremos un poquito más tranquilos esta noche.
¿Será este caso el primero de muchos? El tiempo lo dirá, pero mientras tanto, los ojos del exilio siguen bien abiertos, vigilantes como siempre. Porque la memoria es larga y las heridas, aunque viejas, todavía duelen.
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Redacción: Cortadito News
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