Historia de La Cotorra: El Agua Mineral que Marcó Época en Cuba

Los Manantiales de La Cotorra, ubicados en Guanabacoa, La Habana, tienen sus raíces en el visionario gallego Claudio Conde Cid, quien, en 1905, inició un innovador negocio transportando agua desde Isla de Pinos hasta la capital cubana. Utilizando una goleta para el trayecto entre Nueva Gerona y Batabanó, traía el agua en grandes tanques desde un manantial en la localidad de La Fe, estableciendo las bases de lo que se convertiría en una de las empresas más emblemáticas de la época: La Cotorra.

Origen del Nombre y la Identidad de Marca

El nombre de la compañía, La Cotorra, fue inspirado por las coloridas aves características de Isla de Pinos, presentes en su imagen desde el principio. Las botellas y botellones que distribuía lucían un diseño con la figura del ave, consolidando una identidad visual que la haría inconfundible en el mercado. Aunque su sede principal se estableció en Guanabacoa hacia 1915, el negocio comenzó vendiendo agua bajo la marca "La Vida" en La Habana, utilizando carros tirados por caballos desde sus almacenes en la calle San Isidro.

Expansión y Desarrollo Industrial

En los años 20, La Cotorra dio un gran paso al establecer su planta en la emblemática Loma de la Cruz, ubicada en Guanabacoa. Esta instalación incluyó modernos procesos de purificación con filtros de grava, carbón activado y rayos ultravioleta. Además, se añadieron áreas de recepción, jardines y salones de fiestas, haciendo del lugar un espacio tanto industrial como social. En 1923, las autoridades sanitarias certificaron la calidad del agua, recomendándola para problemas digestivos y de nutrición, lo que aumentó su prestigio.

Innovación y Producción a Gran Escala

Durante los años 40, La Cotorra invirtió en tecnología avanzada, incluyendo equipos de refrigeración que garantizaban una carbonatación perfecta para sus aguas efervescentes. Su planta industrial contaba con maquinaria capaz de esterilizar hasta 170 botellas por minuto, asegurando altos estándares de higiene y uniformidad en cada envase. Las botellas y botellones, almacenados en cajas de madera, llevaban el distintivo logo grabado, reforzando la marca en cada punto de distribución.

Distribución y Comercialización

La distribución de La Cotorra se realizaba mediante camiones pintados de verde, con el logo visible en sus puertas y parte trasera. Los choferes, muchos de ellos propietarios de los vehículos gracias a préstamos de la empresa, distribuían el agua en diferentes barrios, ajustando el precio según la distancia. Para 1944, la compañía contaba con 42 camiones y en 1947 ya tenía 69 sucursales en todo el país, consolidándose como una de las líderes del sector.

Los Jardines de La Cotorra: Un Espacio Emblemático

En los años 20, se crearon los Jardines de La Cotorra, un espacio que combinaba naturaleza, diversión y promoción comercial. Rodeados por una cerca metálica, los jardines ofrecían caminos empedrados, sombrillas de madera, áreas para fiestas y un parque infantil. Más tarde, en los años 50, se añadieron elementos decorativos como una glorieta con forma de árbol y una jaula de cotorras, convirtiendo el lugar en un punto de reunión para la comunidad de Guanabacoa.

Legado y Popularidad

Con eslóganes como "La Cotorra, el control de la salud" y "¡Siempre la Primera!", la empresa consolidó su reputación. Además de ser líder en innovación tecnológica y calidad, su compromiso con la comunidad y el entretenimiento la convirtieron en una marca icónica en la historia de Cuba. Los manantiales, los jardines y su impecable proceso de producción marcaron una época que dejó una huella imborrable en la memoria colectiva.

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Redacción: Cortadito News  Escrito por: Pedro Alfonso Sánchez