Apenas pasaban las tres de la tarde de este miércoles cuando un estruendo sacudió el habitual bullicio de Calle L, entre Calzada y 11, en El Vedado. Lo que parecía al principio el ruido de una obra rutinaria, pronto se convirtió en una escena de tensión: parte de la marquesina de un edificio del Consejo Popular Rampa se había desprendido, arrastrando consigo trozos de fachada.
El fondo habitacional en La Habana sigue dando señales de alarma.
Según publicacion en La Tijera New, de inmediato, vecinos alertaron a las autoridades. En menos de una hora, técnicos del Consejo de la Administración Municipal y miembros de la Defensa Civil ya estaban en el lugar, apuntalando los bajos del inmueble para evitar que el colapso se extendiera. ¿Un alivio? Sí… aunque muchos no pudieron evitar preguntarse: ¿cuántas veces más tendremos que pasar por esto?
Afortunadamente, no se reportaron lesionados. Tampoco daños estructurales que pongan en riesgo la estabilidad total del edificio, según informaron fuentes del Ministerio del Interior (MININT). Pero el susto quedó. Doña Maritza, que lleva 42 años viviendo en el segundo piso, lo resumió con un suspiro: “Uno ya duerme con un ojo abierto. Hasta el olor a lluvia nos pone nerviosos”.
Este incidente —como otros tantos en distintos puntos de la capital— vuelve a poner el foco en el estado crítico del fondo habitacional habanero. Muchas de estas construcciones datan de principios del siglo pasado. Han soportado décadas de salitre, ciclones, apagones… y una falta crónica de mantenimiento.
¡Uf! A veces da la impresión de que esperamos a que algo se caiga para actuar. Y eso, francamente, no puede seguir siendo la norma.
Sin embargo, hay que reconocerlo: la denuncia ciudadana marcó la diferencia esta vez. Fueron los propios vecinos quienes llamaron a tiempo, y la respuesta de las autoridades fue ágil. Un ejemplo —esperemos que no aislado— de cómo la colaboración entre comunidad e instituciones puede salvar vidas.
Aún así, el fondo habitacional sigue siendo una bomba de tiempo silenciosa. No se trata solo de reconstruir lo que cae, sino de anticiparse. Porque mientras los edificios envejecen, las familias siguen allí, resistiendo con más fe que cemento.
¿Qué se sabe del edificio afectado?
Historia y riesgo estructural
El inmueble, de estilo ecléctico y construido probablemente en los años 30, figura en el listado de edificaciones bajo observación. Aunque no estaba catalogado como inminente peligro de derrumbe, el deterioro de elementos no estructurales —como marquesinas y balcones— ya había sido reportado por vecinos en meses anteriores.
Medidas tras el incidente
Las familias más cercanas al punto del colapso fueron trasladadas temporalmente a viviendas de acogida. Mientras, ingenieros evalúan si es viable una intervención de restauración o si será necesario reubicar a los residentes de forma definitiva.
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Redacción: Cortadito News
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