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Turismo en Cuba: Cruda realidad detrás de un hotel cinco estrellas

Hotel deteriorado en Cuba con turistas decepcionados y escasez visible


El paraíso prometido… que se convirtió en pesadilla


¿Alguna vez soñaste con relajarte en un hotel cinco estrellas frente al mar Caribe, con mojito en mano y brisa tropical en el rostro? Pues bien, eso fue lo que creyó una turista rusa cuando reservó sus vacaciones en Cuba. Lo que encontró, sin embargo, fue un escenario más digno de una película postapocalíptica que de un folleto turístico. Spoiler: no había ni mojito ni estrellas. ¿Exageración? Para nada.


Según el periódico de su país, la protagonista de esta historia —cuyo nombre no trascendió, pero cuya experiencia fue recogida por medios rusos— quiso compartir lo que vivió en ese resort “de lujo” en la isla. Lo que sigue no es un relato de un viajero quisquilloso. Es una radiografía incómoda del turismo cubano actual, contada con una mezcla de resignación, incredulidad y un poquito de humor negro.


Un hotel de cinco estrellas... sin estrellas que valgan

Desde que llegó al recinto, la turista notó que algo andaba mal. La fachada del hotel parecía recién salida de un capítulo olvidado de los 90. Las grietas en las paredes, los grifos que chorreaban sin descanso (como si el agua fuera gratis, ¡ja!), y los secadores de pelo que solo decoraban el baño eran solo el comienzo. La limpieza brillaba por su ausencia. De hecho, los únicos que parecían sentirse como en casa eran los insectos.


"Es como si alguien hubiera copiado y pegado una descripción de hotel europeo en un edificio abandonado", comentó.


El olor a humedad, el rechinar de las camas oxidadas, y los pasillos semioscuros eran parte del paquete. Literalmente.


¿Comida gourmet? Más bien reciclada

La parte más crítica del viaje fue, sin duda, la alimentación. En lugar de platos frescos y bien elaborados, lo que se ofrecía en el comedor eran restos de días anteriores, mezclados con algo que pretendía ser salsa y guarnición. Y no es chisme, eh. La turista lo describió con claridad pasmosa:


"Nos tratan como cerditos, echando todo en un mismo plato, sin importar si es comestible o no."


Para muchos viajeros, esto no es solo desagradable, sino potencialmente peligroso. ¿Quién quiere jugar a la ruleta rusa con salmonela durante sus vacaciones?


El agua… ese lujo impagable

¿Te imaginas tener que pagar extra por una botella de agua potable al día? Pues eso fue lo que le exigieron a los huéspedes del hotel. Una botella de 1,5 litros no venía incluida, a menos que pagaras un suplemento. ¿Cómo? Sí. Y como diría un viejo meme de internet: "Cuba, no me decepciones… otra vez".


No es un caso aislado: más testimonios desde Rusia

En marzo, una familia de Barnaúl vivió algo similar. Habían soñado con playas paradisíacas y comodidad, pero lo que encontraron fueron habitaciones espartanas, muebles al borde del colapso y, cómo no, estantes vacíos en las tiendas. Daria Shevchenko, una de las turistas, recuerda que lloraron. Literal. Una de las viajeras rompió en llanto al no encontrar nada aceptable para comer el primer día.


Y mientras la dieta cubana puede ser parte del atractivo para algunos, para otros representa un desafío insuperable. Especialmente cuando no hay opciones, ni variedad, ni sabor. Solo arroz, yuca y cara de pocos amigos en la cocina.


¿Ruinas habitadas o infraestructura hotelera?

La decadencia estructural no se limita a los hoteles. Según el testimonio de Daria, muchas construcciones en zonas turísticas parecían ruinas habitadas, con balcones derruidos, pintura descascarada y señales de abandono por doquier. Un detalle que espanta más que la cuenta del minibar.


“Era como caminar por un set de película ambientada en la posguerra”, dijo Shevchenko.


¡Y pensar que pagaron miles de dólares por ello!


La vida diaria del cubano: filas, libretas y falta de todo

Uno de los aspectos que más impactó a los turistas fue ver la realidad cotidiana de los cubanos. La escasez de productos básicos como medicamentos, artículos de higiene femenina o incluso ropa interior, dejó a los visitantes perplejos. Estantes casi vacíos, largas colas bajo el sol y una economía de subsistencia basada en la libreta de racionamiento les mostró un rostro de Cuba muy distinto al que venden las agencias de viaje.


Y hablando de nostalgia… esto me recuerda a mi primera visita a Cuba en los 2000, cuando intenté encontrar un desodorante y terminé comprando un talco “multiuso” con aroma a tabaco. Cosas que pasan.


¿Qué pueden hacer los viajeros? Consejos para no caer en la trampa

Investiga hoteles en foros independientes (TripAdvisor, Reddit, grupos de Facebook).


Evita reservar directamente desde portales turísticos cubanos; opta por plataformas internacionales con opción de reembolso.


Verifica si hay que pagar extra por servicios básicos como agua o papel higiénico (¡no es broma!).


Lleva snacks y productos de higiene personal, por si acaso.


Conclusión

Cuba sigue siendo un destino lleno de contrastes: belleza natural, cultura vibrante… y una infraestructura que no siempre está a la altura. No se trata de satanizar al país, sino de ser realistas. Lo que prometen en los folletos no siempre coincide con la experiencia real.


Si estás planeando un viaje a la isla, hazlo con los ojos abiertos, la mente alerta y la maleta llena de provisiones. Y si ya viviste algo similar… ¡cuéntanos en los comentarios!


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Redacción: Cortadito News 

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