Según publicación en La Tijera News un incendio en un basurero improvisado —sí, basurero otra vez— se desató esta mañana en pleno corazón de Centro Habana, a pocos metros del Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, generando alarma entre vecinos y autoridades sanitarias. ¿Preocupante? Claro que sí, sobre todo cuando el humo tóxico se eleva junto a salas donde cientos de pacientes luchan por su salud.
Las llamas comenzaron en la esquina de Concordia y Belascoaín, lugar que —según testigos— lleva semanas acumulando residuos sólidos sin que el servicio de aseo acuda. Este tipo de incidentes, lamentablemente, ya no sorprende. ¿Genial? Más bien… cuestionable.
El Cuerpo de Bomberos del MININT intervino de inmediato, desplegando unidades especializadas para contener el fuego antes de que afectara estructuras aledañas. Gracias a la rápida actuación policial y al reporte oportuno de ciudadanos, las llamas están bajo control parcial. ¡Uf! Menos mal que alguien llamó a tiempo.
No se reportan víctimas hasta ahora, aunque las autoridades mantienen alerta por posibles casos de intoxicación por humo, especialmente en zonas sensibles como hospitales. La investigación sigue su curso, y todo apunta a que el origen fue accidental —aunque la negligencia en la gestión de residuos sólidos urbanos podría tener mucho que ver. Esto me recuerda a cuando en el 2019 pasó algo parecido en Vedado… bueno, da igual.
Lo cierto es que La Habana enfrenta una crisis de servicios comunales creciente, y los vertederos callejeros se han vuelto un caldo de cultivo para emergencias como esta. Cada vez más, los cubanos respiran más basura que aire limpio, y eso no es sostenible. Las imágenes del humo negro sobre el cielo de Centro Habana circulan ya en redes, con el olor a lluvia mezclándose con el de plástico quemado —una mezcla nada reconfortante.
¿Y el sistema de recolección? Colapsado. ¿Las soluciones? Demoradas. Mientras tanto, los vecinos se organizan como pueden, y algunos, con valor, denuncian a tiempo los riesgos. Esa denuncia ciudadana sigue siendo clave para prevenir tragedias mayores.
Autoridades del MININT confirmaron que evalúan responsabilidades y reforzarán la vigilancia en puntos críticos. También se anunciaron planes —aunque vagos por ahora— para sanear zonas con acumulación crónica de desechos. Palabras mayores las dirán los hechos, no los comunicados.
En resumen: un incendio en basurero cerca del hospital más importante del país expone, una vez más, las grietas profundas en la infraestructura urbana de La Habana. La respuesta rápida de los bomberos evitó lo peor, pero el problema de fondo persiste. Y no, no es algo que se resuelva con un decreto: requiere acción real, inversión y voluntad política.
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