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| Tienda La Vizcaína |
En medio del silencio que envuelve a La Vizcaína después de la medianoche, un ruido de cristales rotos alteró la calma de un vecindario acostumbrado más a los cuchicheos del viento que a los pasos apresurados de quienes no deberían estar allí. Horas después, las autoridades del MININT confirmaban la detención de cinco jóvenes implicados en un robo con fuerza en una tienda del reparto.
La operación fue rápida. Muy rápida.
Los cinco —todos entre los 16 y 18 años— fueron localizados antes del amanecer. Regresaban, dicen fuentes oficiales, de una reunión festiva en el barrio. No portaban armas, pero sí la imprudencia de creer que nadie los vería.
Una investigación ágil, gracias a los vecinos
El mérito, en buena parte, es de un vecino que, al escuchar ruidos sospechosos, no dudó en llamar al 106. Su alerta permitió que la Unidad Provincial de Investigación Criminal actuara con precisión. Hoy, los presuntos responsables están bajo custodia, a la espera de que la Fiscalía defina su situación legal. Ya solicitó prisión provisional.
¿Genial? Más bien ejemplar: cuando la ciudadanía y la policía caminan juntas, los resultados se ven.
Más allá del delito
Este caso reabre, otra vez, una herida vieja: la delincuencia juvenil en contextos de vulnerabilidad. No se trata de justificar nada —el robo con fuerza es un delito grave—, pero ignorar las causas sería un error mayor. Jóvenes sin horizontes claros, con poco acceso a espacios seguros o actividades constructivas, terminan buscando adrenalina donde no deben.
Esto me recuerda a un muchacho que entrevisté hace años en Trinidad, acusado de algo parecido… bueno, da igual. Lo importante es que hoy, al menos, no hubo violencia, ni heridos, ni daños irreparables.
La tienda, el barrio y la confianza
La tienda de La Vizcaína ya reanudó sus operaciones. Aunque faltan productos, los empleados dicen sentirse más tranquilos. “Ahora hay cámaras nuevas y patrullajes cada dos horas”, comentó uno, que prefirió no dar su nombre.
Las autoridades insisten: la seguridad ciudadana no es solo responsabilidad de la policía. Depende también de ese vecino que se asoma a la ventana, del que llama aunque “sea solo un presentimiento”.
En una provincia como Sancti Spíritus, donde el tejido social aún sostiene el peso de la crisis, estos hechos ponen a prueba la cohesión comunitaria. Y, por ahora, parece que la está ganando.
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Fuente: Alex Rios Cruz, Facebook
Redacción: Cortadito News
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