Ayer me enteré de algo que me dejó sin palabras. Resulta que en Cuba hay dos jóvenes que están pasando por un momento horrible simplemente porque hicieron una canción. Pero no una canción cualquiera, sino una que se burlaba de lo caras que están las tarifas de internet en la isla.
Según publicacion del periodista Mario J. Pentón en X, Carlos Alejandro Campos Cruz tiene 20 años. Su amigo Ernesto de Jesús González Fleitas es menor de edad. Estos dos muchachos pensaron que podían expresar lo que sentían a través de la música, como hacemos todos cuando algo nos molesta. Pero se equivocaron. En Cuba eso te puede traer consecuencias graves.
La Seguridad del Estado los citó para un interrogatorio. Los trataron como si hubieran cometido un crimen terrible. Todo por hacer una canción satírica sobre ETECSA, la empresa de telecomunicaciones del gobierno cubano.
Cuando leí esta historia, lo primero que pensé fue en mi hermano menor, que tiene casi la misma edad que Carlos. Me imagino lo aterrador que debe ser para estos muchachos y sus familias vivir esta situación.
La realidad de las tarifas en Cuba
Para entenderlo mejor, tuve que investigar cómo funciona el sistema de internet en Cuba. Y la verdad es que está diseñado para joder a la gente común.
ETECSA cambió sus reglas hace poco. Ahora si quieres internet en pesos cubanos, solo puedes recargar 360 pesos al mes como máximo. Con eso consigues 6 gigabytes de datos, 60 minutos para llamadas y 70 mensajes de texto.
Puede sonar decente hasta que te das cuenta de que 360 pesos cubanos son como 15 dólares. Y el salario promedio en Cuba anda por los 87 dólares mensuales. O sea, una familia típica tiene que gastar casi el 20% de sus ingresos solo para tener internet básico.
Pero aquí viene lo peor: si quieres más internet, tienes que pagarlo en dólares estadounidenses. No en pesos cubanos, sino en dólares reales. Esto significa que solo la gente que tiene familia en el extranjero puede permitirse planes decentes.
Mi vecino tiene familia en Miami y me contaba cómo tiene que estar enviando dinero constantemente para que sus parientes puedan tener internet. Dice que se siente como si lo estuvieran extorsionando, pero ¿qué más puede hacer?
El gobierno responde con amenazas
En lugar de reconocer que las tarifas son abusivas, el gobierno cubano decidió atacar a quien se queje. El periódico oficial Granma publicó un artículo amenazando a los cubanos que critiquen estas medidas en redes sociales.
Dicen que protestar por el precio del internet puede ser considerado "propaganda enemiga" o "difamación de las instituciones". Básicamente, si te quejas de que algo está caro, eres un enemigo del Estado.
Esto es censura digital Cuba en su máxima expresión. No contentos con cobrar tarifas ridículas, ahora también quieren que la gente se quede callada y no diga nada.
Los padres de estos muchachos deben estar desesperados. Imagínate ver a tu hijo amenazado por el gobierno solo porque hizo una canción. Y encima, las autoridades les dijeron que si pasa algo malo con ETECSA, ellos van a ser los culpables.
Es como si me dijeran que soy responsable de todos los problemas de la empresa de telecomunicaciones de mi país solo porque me quejé en Facebook de que el internet está lento.
La gente no se queda callada
A pesar del miedo, muchos cubanos siguen expresando su molestia. Incluso en las páginas oficiales del gobierno, los comentarios están llenos de quejas. He visto frases como "el que no tenga familia en el extranjero, ¿qué hace?" y "cada día la vida del cubano es más imposible".
Una activista cubana que vive en Estados Unidos, Saily González Velázquez, comparó la situación con un secuestro. Dice que el gobierno trata a los cubanos en el extranjero como si fueran padres ricos de una hija secuestrada, obligándolos a pagar rescates constantemente.
También leí el comentario de un escritor cubano, Pedro de Jesús López Acosta, que se preguntaba cómo van a trabajar los investigadores, profesores y escritores con solo 6 gigabytes al mes. Tiene razón, es prácticamente imposible hacer cualquier trabajo serio con tan poco internet.
Esto me recordó cuando en mi universidad tuvimos problemas con el wifi por una semana. Todos nos volvimos locos porque no podíamos hacer nada. Ahora imagínate vivir así permanentemente.
Por qué esto importa más allá de Cuba
Al principio pensé que esto era solo un problema cubano, pero después me di cuenta de que es algo que nos debería preocupar a todos. Cuando un gobierno puede silenciar a su gente por quejarse del precio del internet, estamos viendo algo muy peligroso.
Los jóvenes cubanos nos están demostrando que hay cosas por las que vale la pena arriesgarse. Carlos y Ernesto sabían que hacer esa canción podía traerles problemas, pero lo hicieron igual porque sentían que tenían que decir algo.
Eso toma mucha valentía, especialmente cuando tienes 20 años y toda la vida por delante. A esa edad, lo último que quieres es meterte en problemas con el gobierno.
Pero ellos entendieron algo importante: si nadie habla, las cosas nunca van a cambiar. Su canción se volvió viral porque decía lo que muchos cubanos sienten pero no se atreven a expresar.
Lo que realmente está en juego
Esta historia va más allá de las tarifas de internet. Se trata de si la gente tiene derecho a quejarse cuando algo les parece injusto. En la mayoría de países, hacer una canción de protesta es algo normal, incluso esperado.
Recuerdo todas las canciones de protesta que han marcado la historia. Desde Bob Dylan hasta Calle 13, los artistas siempre han usado su música para criticar lo que consideran injusto. Pero en Cuba, eso te puede meter en serios problemas.
Los derechos digitales se han vuelto tan importantes como cualquier otro derecho básico. Cuando el acceso a internet depende de tu situación económica y encima no puedes quejarte si te parece caro, estás viendo una forma de control muy sofisticada.
La generación de Carlos y Ernesto creció con internet. Para ellos, estar conectado no es un lujo, es una necesidad. No entienden un mundo donde el gobierno decida quién puede tener internet decente y quién no.
¿Qué podemos hacer desde afuera?
Mucha gente me pregunta qué pueden hacer para ayudar. La verdad es que no es fácil, pero hay algunas cosas que sí funcionan.
Las organizaciones de derechos humanos están pidiendo que se mantenga presión internacional sobre Cuba. También sugieren apoyar a organizaciones que defienden la libertad de internet y denunciar públicamente casos como este.
Algunos cubanos en el exilio están organizando campañas para suspender temporalmente las recargas telefónicas. Es su forma de protestar sin poner en riesgo a sus familiares en la isla.
Lo más importante es no olvidarse de estas historias. Carlos y Ernesto necesitan que el mundo sepa lo que les está pasando. Mientras más gente hable de esto, más difícil será para el gobierno cubano actuar en la sombra.
También podemos apoyar a organizaciones que trabajan para garantizar el acceso libre a internet en todo el mundo. Porque al final, esto no es solo un problema de Cuba.
La historia de estos dos muchachos me hizo reflexionar mucho sobre los privilegios que tenemos. Poder escribir esto sin miedo, poder quejarme libremente de cualquier cosa que no me guste, son derechos que muchas veces damos por sentado.
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Pero para Carlos y Ernesto, hacer una simple canción se convirtió en una pesadilla. Eso debería hacernos pensar a todos sobre lo frágiles que pueden ser nuestras libertades si no las defendemos.
¿Tú qué opinas? ¿Crees que deberíamos hacer más ruido sobre lo que está pasando en Cuba? Me gustaría leer tu punto de vista en los comentarios.
Redacción: Cortadito News
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