Desde Bayamo llega una denuncia que no puede dejarnos indiferentes: maltrato infantil contra una niña, y el presunto responsable es Niorgel Brizuela. Según cuenta La Tijera News, este tipo lleva tiempo pegándole a la menor—y no estamos hablando de un manotazo ocasional, sino de agresiones que ya dejaron marca.
Lo que pasó (y por qué da tanta rabia)
En el último episodio, el señalado habría agarrado un cinto y golpeado a la niña con la hebilla. ¿El motivo? Que la chiquita se tomó un poco de refresco porque tenía hambre. Sí, leíste bien: hambre. La menor quedó con marcas visibles en la cara, algo que cualquier vecino del Reparto Ciro Redondo pudo haber visto si prestó atención.
El lugar exacto es Calle 14, entre 26 de Julio y 19. Zona céntrica, con gente alrededor. O sea, esto no pasó en un lugar aislado donde nadie podía enterarse—pasó donde vive la comunidad, donde hay ojos y oídos.
¿Y la familia qué hace? Bueno, aquí viene lo más preocupante.
La abuela no denuncia... porque tiene miedo
Resulta que la abuela de la niña no ha ido a poner la denuncia formal. ¿Por qué? Porque según cuentan, el presunto agresor la está amenazando. Imagínate la situación: una señora mayor que quiere proteger a su nieta pero está paralizada por las amenazas de este individuo.
Esto ya no es solo maltrato a menores, es intimidación pura y dura para que nadie hable. Y mientras tanto, ¿quién protege a esa niña? Porque si la familia tiene miedo de actuar, alguien más tiene que mover ficha. ¡Uf!
El círculo vicioso del silencio
Estos casos son como el Tamagotchi que nadie quería cuidar (perdón, mal ejemplo). Pero en serio: cuando las amenazas funcionan y la gente se calla, los agresores se crecen. Piensan que pueden seguir haciendo lo que les da la gana porque total, nadie va a decir nada.
Y eso no puede ser. No en Bayamo ni en ningún lugar de Cuba.
Qué debería pasar ahora
Las autoridades del MININT tienen que meterse en este asunto ya. No mañana, no la semana que viene—ahora. Hay una menor en peligro real, con evidencias físicas de las agresiones y un patrón de comportamiento violento documentado a través del testimonio.
La violencia doméstica contra niños está tipificada como delito grave en Cuba, y las fiscalías pueden actuar de oficio cuando hay indicios suficientes. O sea, no hace falta que la abuela vaya corriendo a denunciar si está amenazada—las instituciones tienen la obligación legal de investigar igual.
¿Genial en teoría? Más bien... depende de si realmente se ponen las pilas o si esto queda en el limbo burocrático como tantas otras cosas.
Por qué compartir esto importa (y mucho)
La Tijera News publicó esto precisamente para presionar. Porque a veces la única forma de que las autoridades se muevan rápido es cuando un caso se hace público y toda la comunidad está pendiente. Nadie quiere ser el funcionario que dejó pasar un caso de abuso infantil que estaba en boca de todos.
Compartir esta información puede literalmente salvar a esa niña—y no es exageración. Cada vez que alguien comparte, comenta o llama a las instituciones preguntando qué pasó con el caso, se ejerce presión para que haya resultados concretos.
Los vecinos del Ciro Redondo también tienen su parte aquí. Si vieron algo, si escucharon algo, si tienen cualquier información... esto no es "meterse donde no te llaman". Es proteger a una criatura que no puede defenderse sola.
La denuncia ciudadana como herramienta
En casos donde la familia está intimidada, la comunidad tiene que convertirse en el escudo. Llamar al 106, acercarse a la fiscalía municipal, hablar con trabajadores sociales del Consejo Popular—cualquier canal sirve. Lo importante es que la información llegue a quien tiene que llegar.
Reflexión final (porque esto no debería estar pasando)
Este es un abuso indignante contra una inocente que no puede quedar impune. Una niña que solo quería algo de tomar porque tenía hambre terminó con la cara marcada por un cinto. Dejá que eso penetre un segundo: hambre → refresco → hebillazo en la cara.
¿En qué momento normalizamos que alguien pueda hacer eso y seguir como si nada? La protección infantil no puede depender solo de las leyes escritas en papel—tiene que materializarse en acciones concretas, fiscales que investiguen, policías que actúen, vecinos que denuncien.
Granma, Bayamo, el MININT, la Fiscalía Provincial... todos tienen que estar mirando este caso ahora mismo. Y la comunidad también: compartiendo, preguntando, presionando hasta que esa niña esté a salvo.
Porque si no actuamos cuando un caso así se hace público, ¿para qué sirven las redes, las instituciones, la supuesta solidaridad de la que tanto hablamos?
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Fuente: La Tijera News
Redacción: Cortadito News
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