Santiago de Cuba vive otro episodio más de inseguridad este 4 de diciembre. Leonardo Lago Marsini, un santiaguero, sufrió un asalto violento mientras manejaba su motocicleta por la entrada del Salao'. Unos tipos lo pararon, lo golpearon y le quitaron el vehículo—así, sin más.
"Me asaltaron en la entrada del Salao y se llevaron mi moto. Se ofrece recompensa a quien dé indicio de su paradero", escribió el muchacho en su Facebook, claramente afectado. Su publicación corrió rápido entre conocidos y desconocidos que andan igual de asustados con lo que pasa últimamente por esas calles.
Cómo pasó todo
Era de noche cuando Leonardo iba tranquilo en su moto. De repente aparecieron varios individuos (no se sabe cuántos exactamente) que lo interceptaron en plena vía. Le cayeron a golpes para que soltara el vehículo—un robo con violencia como los que ya se han vuelto pan de cada día en algunos barrios orientales. ¿Y quién responde por esto? Nadie hasta ahora.
La víctima logró reportar lo sucedido esa misma noche, aunque nosotros esperamos hasta la mañana siguiente para confirmar detalles. No queríamos lanzar información a medias ni alimentar el chisme—eso no ayuda a nadie y menos al que está buscando su moto desesperadamente.
Todavía no hay detenidos
Hasta donde sabemos, ninguna autoridad ha reportado avances. No hay presuntos capturados ni noticias oficiales del MININT sobre el caso (bueno, tampoco es que siempre informen rápido... pero eso ya es otro tema). La búsqueda continúa dependiendo básicamente de que alguien vea algo raro o reconozca la moto en algún lugar.
Por eso el muchacho insiste: ofrece recompensa. Cualquier dato—por mínimo que parezca—puede servir para recuperar lo que le quitaron a punta de puños y amenazas.
Las redes como única salida
Cada vez más gente en Santiago de Cuba recurre a Facebook, WhatsApp o cualquier plataforma digital para pedir ayuda cuando las cosas se ponen feas. Es que muchos sienten que no tienen otra opción: publicas, compartes, esperas que alguien haya visto algo y con suerte recuperas lo tuyo (o al menos sabes dónde quedó).
Este tipo de denuncia ciudadana se ha vuelto común porque—seamos sinceros—la sensación general es que la inseguridad va en aumento y las respuestas oficiales llegan lentas o nunca llegan. ¡Uf! Uno ya no sabe si salir de noche en moto es arriesgarse demasiado.
Robos que se repiten una y otra vez
Los robos de motos no son novedad en la zona oriental. Cada semana aparece alguien contando una historia parecida: te paran, te golpean, te quitan lo que llevas encima (esto me recuerda cuando mi primo perdió su Jawa así mismo hace dos años... nunca la encontró).
Y no es solo El Salao—pasa en Mariana Grajales, Vista Alegre, hasta en zonas céntricas donde uno pensaría que hay más control policial. La gente anda nerviosa; muchos evitan ciertos horarios o rutas completas porque saben que pueden terminar como Leonardo: sin transporte y con los golpes marcados todavía.
Qué hacer si tienes información
Si alguien vio algo raro esa noche del 4 de diciembre cerca del Salao', si reconoce la moto por ahí botada o sospechosamente guardada en algún patio ajeno—cualquier detalle suma. Contactar al afectado directamente puede hacer la diferencia entre recuperar ese medio de transporte (que seguro costó años de esfuerzo conseguir) o perderlo para siempre entre revendedores y desguazadores.
También vale avisar a vecinos cercanos, grupos comunitarios o incluso intentar con las autoridades locales aunque muchos hayan perdido ya la fe en esos canales formales de denuncia.
Miedo constante en las calles
El ambiente está tenso—se respira ese aire pesado antes de que caiga un aguacero fuerte pero peor porque aquí no llueve agua sino problemas todos los días sin parar. Las familias temen dejar salir a sus hijos después del atardecer; los trabajadores que regresan tarde miran para todos lados como si fueran perseguidos; nadie quiere ser el próximo en contar su historia viral pidiendo ayuda desesperadamente.
La violencia callejera afecta ahora mismo la vida diaria de miles de santiagueros honestos que solo quieren trabajar tranquilos e ir y venir sin sobresaltos ni traumas físicos ni emocionales después de cada salida rutinaria al trabajo o la bodega.
¿Cuándo mejorará esto realmente?
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Fuente: Perfil personal de Leonardo Lago Marsini / Yosmany Mayeta Labrada
Redacción: Cortadito News
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